
UN SUSURRO A MI OIDO
Escucha este Pan Diario aquí:
Cuan hermoso es ver que nuestro Padre cuida de cada momento de nuestra vida, disfrutamos con sonrisas y gozo los momentos de alegría, pero lastimosamente cuando nos corresponde enfrentar situaciones no tan agradables, muchas veces nos llenamos de tristeza o miedos.
En estos días acompañé a mi mamita a una cita y el doctor la tuvo que dejar internada para poder hacerle unos exámenes más a fondo, y ¿saben qué? quiso venir mi mente el miedo y temor, pero inmediatamente solo pude sentir la presencia el Espíritu Santo en aquel consultorio que me susurro a mi oído: tu sabes en quien confiar; se me pusieron los ojos llorosos y así lo hice, fue impresionante como su voz hizo que me llenara de paz.
Conversé con mami, la lleve a internar, fui a traerle sus cositas a la casa para poder llevarlas al hospital, en la noche entré a verla, le entregué sus pertenecías, oré por ella y me fui.
Y es que cuando vienen estos momentos de prueba no podemos darle espacio a la duda, sino que nos nos tenemos que aferrar a la palabra del Señor:
«Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza; siempre está dispuesto a ayudar en tiempos de dificultad.»
Salmo 46:1 NTV
Él nos ayuda, a mí me ayudó en ese consultorio y ¿saben que es lo que más amo de Él?, que no fue ni que le tuve que pedir nada, al verme así, me habló y llegó a darme la palabra que necesitaba para fortalecerme.
Y acá estoy; con la paz que solo mi Señor me puede dar, confiando plenamente en Él y diciéndole: «tu sabes todo y tú eres quien controla todo», en medio de cada prueba sé que Él fortalece mi fe y estoy convencida que mi Señor sigue fortaleciéndome cada vez más.
Hoy quiero decirte que sigamos una y otra vez aferrados a nuestro Padre que en Él encontraremos esas respuestas que necesitamos.
Recibamos las promesas que Él nos brinda en su palabra, mantengamos en constante oración y sigamos creciendo.
Termino diciéndoles lo que menciona Salmos 94:19:
«Cuando mi mente se llenó de dudas, tú consuelo renovó mi esperanza y mi alegría.»
Salmos 94:19 NTV
Eso fue lo que yo viví, Gracias Padre por ser tan bello.
-Por Natalia Bonilla Astorga-