¿QUÉ HARÍA JESÚS?

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Hay dos formas muy prácticas de saber cuánto el Espíritu Santo controla tu vida: la primera, tu reacción cuando te golpeas fuertemente el dedito pequeño del pie, la segunda, tu comportamiento cuando vas manejando.
En serio, como decimos en Costa Rica “no estoy vacilando”, en estas pequeñas situaciones se nos puede salir fácilmente todo lo feo que tenemos dentro, y nos podemos dar cuenta que las cosas en nuestro corazón no están tan bien como creíamos.
Ayer tuve que manejar en la noche, los que me conocen saben que manejar no es mi fuerte, menos en la noche, y no sé la razón, pero parece que todos los demás se ponen de acuerdo para dejarme las luces altas y así yo no pueda ver nada y ¿saben que estaba haciendo yo últimamente? Pues sino me bajaban las luces, yo tampoco lo hacía, decidí pagarles con la misma moneda.

Pero justo anoche cuando andaba de bravucona por las calles, el Espíritu Santo habló a mi corazón y me hizo esta pregunta ¿Qué haría Jesús en esta situación?. No me gustó la pregunta, mi corazón orgulloso dijo “es que yo no soy Jesús”, y es cierto, ¿Quién se podría comparar con Jesús? Pero lo cierto amigos, es que a pesar de todo lo malo que hay en nosotros, los hijos de Dios tenemos el mandato de imitar a Jesús, por lo que le dije al Espíritu Santo que tenía razón, bajé las luces del carro, y pues entendí que me estaba comportando mal, y que realmente mi deseo es imitar a Jesús.
Jesús nos enseña esto a través de su palabra:

“Deja que quien sea injusto, siga siendo injusto; que quien sea impuro, siga siendo impuro; que quien sea justo, siga practicando la justicia; y que quien sea santo, siga santificándose.”

Apocalipsis 22:11 RVC

Yo no puedo cambiar el comportamiento de las demás personas, pero sí puedo cambiar mi comportamiento, no porque yo sea muy buena, todo lo contrario, si le doy lugar a la carne me convierto en la bravucona que pelea en las calles con las luces altas, pero cuando le doy lugar al Espíritu Santo, cuando dejo que Él me corrija, cuando decido obedecer la palabra de Dios, es cuando puedo hacer lo bueno, aún queriendo hacer lo malo.
Y aunque usé este ejemplo de las luces, todos nosotros sabemos que esto va más allá de ser inmaduros mientras manejamos, la pregunta ¿Qué haría Jesús? es válida para todas las situaciones en que debamos decidir cómo comportarnos, por lo tanto es una pregunta que deberíamos hacernos todos los días, varias veces al día incluso.

¿Saben que haría Jesús?

Él seguiría siendo justo, aún ante un acto de injusticia.

Él seguiría siendo santo, aún ante un acto de impureza.

Y aunque nos somos Jesús, somos hijos de Dios, tenemos a su Santo Espíritu, que nos ayuda en todas nuestras debilidades.

-Por Ale C.-