
¡NO LO ENTRISTEZCAS!
Escucha este Pan Diario aquí:
Hace unos días hemos venido hablando de Gedeón, de la forma extraordinaria en como Dios lo vistió con su poder y lo capacitó para que fuera un guerrero valiente.
Lo más extraordinario, es que ese mismo Espíritu que vino sobre Gedeón, también está en todos los creyentes: es el precioso Espíritu de Dios, que produce en nosotros amor, poder y autodisciplina, y muchísimas más cosas.
Hay tanto que decir del Espíritu Santo, pero me tengo que enfocar en un aspecto, más que todo es responder a esta pregunta: ¿Por qué si soy un creyente nacido de nuevo y tengo al Espíritu Santo, no tengo ese amor, ese poder y ese dominio propio que Él produce en nosotros?
Esta pregunta es muy compleja, no puedo aquí dar la respuesta completa, pero si puedo hablarte de uno de los aspectos que no permiten que experimentemos a plenitud al Espíritu Santo, así que presta mucha atención porque es algo muy importante: una de las razones por las cuales no vivimos a plenitud al Espíritu, es porque lo contristamos, o dicho en otras palabras, porque lo entristecemos.
Sí, somos creyentes, sí, tenemos al Espíritu Santo, pero vean lo que dicen las escrituras:
«No entristezcan al Espíritu Santo de Dios con la forma en que viven.»
Efesios 4:30A NTV
Ahora bien, ¿Sabes la forma en que entristecemos al Espíritu Santo? Agárrese fuerte hermano, esto va a doler: Lo entristecemos cuando practicamos el pecado.
Volvamos a las escrituras, porque solo unos versículos antes de Efesios 4:30 la palabra nos ilustra las formas en que contristamos al Espíritu:
«Pero eso no es lo que ustedes aprendieron acerca de Cristo. Ya que han oído sobre Jesús y han conocido la verdad que procede de él, desháganse de su vieja naturaleza pecaminosa y de su antigua manera de vivir, que está corrompida por la sensualidad y el engaño. En cambio, dejen que el Espíritu les renueve los pensamientos y las actitudes. Pónganse la nueva naturaleza, creada para ser a la semejanza de Dios, quien es verdaderamente justo y santo.
Así que dejen de decir mentiras. Digamos siempre la verdad a todos porque nosotros somos miembros de un mismo cuerpo. Además, «no pequen al dejar que el enojo los controle» . No permitan que el sol se ponga mientras siguen enojados, porque el enojo da lugar al diablo.
Si eres ladrón, deja de robar. En cambio, usa tus manos en un buen trabajo digno y luego comparte generosamente con los que tienen necesidad. No empleen un lenguaje grosero ni ofensivo. Que todo lo que digan sea bueno y útil, a fin de que sus palabras resulten de estímulo para quienes las oigan.»
Efesios 4:20-29 NTV
El Espíritu Santo es Dios, como su nombre lo dice, es SANTO, es decir, apartado de todo pecado, ¿será que nosotros pretendemos seguir pecando y que el Espíritu Santo nos controle? No hermanos, así no funciona, eso no es el diseño del cielo.
¿Quieres una vida en donde experimentes el poder del Espíritu Santo? ¿Quieres que Él te vista de poder como lo hizo a Gedeón? Definitivamente tenemos que apartarnos del pecado.
Si estás leyendo esto, y ya le entregaste tu vida a Cristo, pero sigues viviendo en una vida de pecado, puedes tener la certeza de que con tu forma de vida estás entristeciendo al Espíritu Santo y por eso no lo puedas escuchar, y por eso no puede experimentar la plenitud que quiere hacer en tu vida.
Pero la buena noticia es que eso puede cambiar hoy, hoy mismo puedes arrepentirte de lo que has estado practicando y decirle al Espíritu Santo: perdóname, te necesito, quiero que seas parte de todos mis días, que me hables, que me guíes en todas las cosas, que controles mi vida, quiero amarte con fidelidad.
Hay tantas cosas que le podemos decir al Espíritu Santo hoy, pero las cosas más hermosas van a salir de tu propio corazón, así que saca un tiempo especial para hacerlo y esforcémonos por vivir en su poder.
-Por Ale C.-