
MUÉSTRAME TUS MISERICORDIAS
Escucha el Pan Diario aquí:
Después de un aparatoso accidente en motocicleta, quedó vivo de milagro, ahí en su cama, sin ánimos de leer nada y sin querer saber de Dios, le regalaron una biblia y ahí sin más que hacer, procedió a leerla, y lo primero que leyó fue:
«El SEÑOR me castigó severamente, pero no me dejó morir»
Salmo 118:18 ntv
Después de leer esto, su impacto fue muy grande, porque conocía que Dios estaba con él en aquella situación, porque de no ser así, no podría haber salido con vida de aquello.
Luego de varias operaciones y complicaciones los doctores le dijeron: “Aunque vives, no podrás volver a caminar, te hemos puesto pines para salvar tus piernas”.
Esas palabras sonaron como golpes de espada, pero Juan Carlos Martínez y su familia sabían que había un diagnóstico que estaba por encima de todo y que este era, el del Señor, ellos hicieron suya aquella palabra que está en Hebreos 4:6:
«Así que acerquémonos con toda confianza al trono de la gracia de nuestro Dios. Allí recibiremos su misericordia y encontraremos la gracia que nos ayudará cuando más la necesitemos.»
Hebreos 4:6 RVR60
Así que clamaron confiando en que podían entrar al trono de Dios por su misericordia y luego de este clamor, una respuesta por parte de Dios llegó, ¡un milagro había ocurrido! El que no podía caminar, recuperó la movilidad en sus piernas y se puso en pie, caminó apoyado en un bastón, sin tener tendones y contando con varios pines en sus piernas. Caminando fue y se presentó ante la Junta de Médicos del Hospital, los doctores no podían creer lo que sus ojos veían, un doctor exclamo, ¡no puede ser, usted no puede caminar!
Pero lo que su conocimiento medico no le permitía ver era que Dios tiene la última palabra.
Hoy, después de más de 11 años de aquel accidente, Juan Carlos Martínez camina por la voluntad de Dios y aunque debe de ser operado, nuevamente su confianza descansa en el señor Jesús y sabe que todas las cosas Dios tiene el control y que con Él todo es posible.
Quizás hoy tú también estés pasando una situación desfavorable, estés desperado, quizás por unos dolores insoportables, quizás por unos exámenes desalentadores, o quizás hasta te han desahuciado; pero no importa las circunstancia que sean, te insto a volver tu mirada al señor Jesús, quien es poderoso y misericordioso, no pongas tu confianza en palabras humanas, vuélvete al Señor con fe, ya que Él tiene la última palabra.
Hoy oro, Padre en el poderoso nombre de tu hijo Jesús, que la persona que esta escuchando estas palabras tú le aumentes la fe y le abras sus ojos espirituales, para que pueda ver la sanidad o el milagro por el cual está clamando desesperadamente:
Señor, envía a tu Espíritu Santo y que reciba un toque especial de Él, que pueda reconocerte en todos sus caminos y pueda descansar en ti.
Señor, muéstrale, tú misericordia, tu amor sanador y tu amor restaurador, porque tu eres el mismo de ayer, de hoy y de siempre, tu no cambias, aunque nosotros si.
Señor, opera un milagro, una sanidad o una liberación en su vida, para que tu nombre sea glorificado, porque tuyo es el poder, el honor y la gloria por los siglos de los siglos. ¡Amen!
-Por Marianela Arias-