¿CUCHILLO O BÁLSAMO?

¿CUCHILLO O BÁLSAMO?

Puedes escuchar este Pan Diario aquí:

«El que habla sin pensar hiere como un cuchillo, pero el que habla sabiamente sabe sanar la herida.»

PrOVERBIO 12:18 TLA

Pasando por este proverbio recordé la anécdota de un amigo, que tal vez sea la historia de muchos, pues de niños era usual jugar con otros y a la vez terminar peleando por tonterías.

Pues en una ocasión por un momento de enojo lanzó una piedra contra su mejor amigo de infancia, con tan mala suerte que no falló y aquella piedra impactó tan fuerte en el cuerpo de su amigo que le causó una herida profunda de muchas puntadas, como todo niño se reconciliaron rápidamente, sin embargo aunque han pasado muchas décadas de ese evento, aquella cicatriz imborrable en el cuerpo de su amigo hasta el día de hoy le recuerda lo mucho que deseo nunca haber lanzado esa piedra para dañar a quien tanto amaba.

Y pues de la misma forma cada palabra que sale de nuestra boca tiene un poder impresionante para dañar que muchas veces no nos percatamos, sino hasta cuando el daño está hecho, precisamente hay muchos pasajes que hablan de esto y Santiago 3:6 TLA menciona:

«Las palabras que decimos con nuestra lengua son como el fuego. Nuestra lengua tiene mucho poder para hacer el mal. Puede echar a perder toda nuestra vida, y hacer que nos quememos en el infierno»

Santiago 3:6 TLA

He visto muchos incendios y son muy pocas las veces que se logra rescatar algo que pasó por fuego, el daño siempre es inevitable, así mismo son las palabras «UN FUEGO DESTRUCTOR».
Hay palabras que no sólo hieren sino que también causan muerte….con una sola palabra podemos matar los sueños o destruir la estima de alguien, sepultar ilusiones y aniquilar relaciones que no volverán.

A lo largo de mi vida he sido muy dañada por las palabras de otros, pero siendo sincera también reconozco que he dañado a quienes amo, si bien es cierto no puedo hacer nada para controlar o evitar la magnitud del daño que causen los demás, pero si puedo decidir hoy mismo ser quien habla sabiamente para sanar la herida en lugar de provocarla.

Pensar en el daño que puede causar una piedra antes de lanzarla podría evitar una desgracia, solo basta unos segundos para pensar en el daño que causara nuestras palabras antes de soltarla para destruir, esto nos ahorraría culpa y dolor de por vida.

«Los que no tienen a Dios destruyen a sus amigos con sus palabras, pero el conocimiento rescatará a los justos.»

PRoverbio 11:9 NTV

Seamos sabios y temerosos de Dios, ya que es mejor ser médico que asesino, mayor satisfacción da ser instrumento para curar que para herir.

Señor ayúdame pon guarda a mi boca, que los dichos de mis labios sean siempre agradables y un bálsamo de sanidad para todo corazón herido. Amén

-Por JonCley Mtrs.-