
CÁSCARA DE BANANO
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Toda aquel que recibe a Cristo en su vida, inicia una carrera de formación y crecimiento, pero no cabe duda que siempre habrá una cáscara de banano que nos hace tropezar, algunos logran esquivarla otros sufren la caída, se levantan y siguen la carrera, pero hay quienes vuelven atrás, porque se dejan arrastrar por esta trampa.
Y pues si me refiero a un tema que no es nuevo y comúnmente lo escucho plasmado en la frase «desde que me hice cristiano todo es mas difícil, a mi me va mal pero otros que no están con Dios, todo les sale bien», no solo usted y yo hemos tenido esta lucha, el salmista Asaf lo expresó así:
Pero en cuanto a mí, casi perdí el equilibrio; mis pies resbalaron y estuve a punto de caer, porque envidiaba a los orgullosos cuando los veía prosperar a pesar de su maldad.
SALMO 73:2-3 ntv
Al leer el salmo 73 usted encontrará muchos detalles sobre el diario vivir, que nos hacen pensar que el hacer las cosas bien y agradar a Dios no tiene sentido, cuando usted ve gente mala que:
1. Pareciera que todo le sale bien.
2.Tienen el cuerpo tan sano y fuerte.
3.No tienen dificultades como otras personas; no están llenos de problemas como los demás.
4.Tienen todo lo que su corazón desea.
5.Se burlan y hablan sólo maldades.
6.En su orgullo procuran aplastar a otros.
Tal vez a usted se le hace familiar uno o varios de los puntos que mencioné, justo ahora que vivimos esta época tecnológica, donde las redes sociales exhiben las vidas perfectas, donde muchos se jactan de los éxitos materiales, las relaciones románticas o familias envidiable en una simple foto, pero a más de 2.000 años alguien más sintió eso mismo que usted siente, sintió ENVIDIA en su corazón, nos damos cuenta de estamos en esa prueba por los síntomas:
1️⃣ Hay confusión:
Salmo 73:10 NTV Entonces la gente se desanima y se confunde, al tragarse todas esas palabras.
2️⃣ Hay tristeza y amargura:
Sal 73:21 NTV Entonces me di cuenta que mi corazón se llenó de amargura, y yo estaba destrozado por dentro.
El objetivo de esta cáscara de banano es hacernos desviar nuestra mirada de Dios, a través de hacernos perder el enfoque que el es nuestro mayor tesoro y plenitud, nuestra mente no razona que desde el cielo el observa todo, que a quien es malo Dios también lo observa y según su maldad será juzgado.
Y pues en cuanto a nosotros nuestra oración debe ser:
«Me guías con tu consejo y me conduces a un destino glorioso.»
Sal 73:24 NTV
-Pastora Cleyra Rodríguez Cubillo-