
A LA MANERA DE DIOS
Escucha este Pan Diario aquí:
«Pues la palabra de Dios es viva y poderosa. Es más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra entre el alma y el espíritu, entre la articulación y la médula del hueso. Deja al descubierto nuestros pensamientos y deseos más íntimos. Así que acerquémonos con toda confianza al trono de la gracia de nuestro Dios. Allí recibiremos su misericordia y encontraremos la gracia que nos ayudará cuando más la necesitemos.»
HEBREOS 4:12-16 ntv
La palabra de Dios nos lleva a ver cosas en nosotros que pueden estar ocultas muy muy adentro de nuestro ser, que pueden estar afectándonos sin saberlo. La palabra de Dios tiene el propósito de llevarnos a conocer su voluntad para que entonces, podamos darnos cuenta en qué estamos mal y qué es lo que debemos hacer. Es parte de la naturaleza humana vivir haciendo lo que nos parece bien para nuestro beneficio, pero muy pocas veces tomamos en cuenta la voluntad de Dios, es muy normal dejar el consejo de Dios para el final y cuando las cosas no salen bien entonces nos quejamos delante de Dios. Mira lo que nos dice la biblia:
«La gente arruina su vida por su propia necedad, y después se enoja con el SEÑOR»
Proverbios 19:3. NTV.
A través de la biblia y la oración nos acercamos a Dios para reconocer su grandeza y majestad, para pedir perdón por nuestros pecados y recibimos ayuda y fortaleza para vivir en obediencia a su palabra. Sé que hay momentos desesperantes, pero, inclinar nuestro corazón y buscar la voluntad de Dios puede evitarnos más dolor del que ya puede haber. Cuando Dios nos dice: «Acerquémonos» significa que Él nos está esperando, somos nosotros los que tenemos que ir a Él.
¿Qué esperas? ¿Por qué dudas? ¿Acaso hay algo imposible para Dios?
«
Oh Señor Jesucristo, ayúdanos a creer y confiar en Tu palabra, ayúdanos a acercarnos a Tu presencia con fe, ayúdanos a experimentar Tu gracia y misericordia, ayúdanos a dejar de vivir a nuestra manera y mas bien tener el deseo siempre de hacer Tu voluntad. En Tu poderoso nombre lo pedimos, amén.
-Por Carlos Barboza-